Un proyecto largamente debatido desde principios de siglo vuelve a situarse en el centro de la planificación ferroviaria catalana. El conocido como metro del Delta, una nueva infraestructura destinada a reforzar el transporte público en municipios como Sant Boi de Llobregat, Viladecans, Gavà y Castelldefels, ha recuperado impulso tras más de dos décadas de propuestas, replanteamientos y estudios.
Según ha avanzado La Vanguardia, la Generalitat de Catalunya ha optado por recuperar la idea inicial planteada a principios de los años 2000: que esta nueva conexión se materialice como un ramal de la línea Llobregat-Anoia de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC). El esquema sería similar al de la línea del Vallès, que se bifurca hacia Sabadell y Terrassa. En este caso, el punto de separación estaría en la estación de Molí Nou – Ciutat Cooperativa, en Sant Boi, desde donde partiría el nuevo trazado, históricamente identificado como la L12.
Para avanzar en esta dirección, la empresa pública Infraestructures Ferroviàries de Catalunya (Ifercat) prevé licitar en los próximos días la redacción de un estudio informativo, con un presupuesto de 400.000 euros. La previsión es que los trabajos comiencen en otoño del próximo año, bajo la supervisión conjunta de Ifercat, FGC y la Dirección General de Infraestructuras de Movilidad del Departament de Territori.
Este nuevo estudio se plantea como complementario al que encargó el Ministerio de Transportes hace tres años, con un coste de 1,3 millones de euros, y que analizaba la posibilidad de que el metro del Delta se integrara como una línea de Rodalies. Aquel documento, cuyas conclusiones no se han hecho públicas, contemplaba un recorrido alternativo que cruzaba el río Llobregat hacia Cornellà y continuaba hasta Barcelona por la Diagonal, lo que implicaba la construcción de un tercer túnel ferroviario en la capital catalana.
Esa opción fue considerada la más viable a partir de 2006 y contó con el respaldo de los ayuntamientos del Baix Llobregat, que reclamaron reiteradamente avances en una infraestructura que quedó paralizada por la crisis económica. El proyecto no se retomó hasta 2021, cuando la entonces ministra de Transportes y exalcaldesa de Gavà, Raquel Sánchez, impulsó la licitación del estudio.
El creciente número de usuarios del transporte público en el eje de la C-245, así como los nuevos desarrollos urbanísticos y el aumento demográfico en el Baix Llobregat, han vuelto a situar el proyecto como una necesidad estratégica. En este contexto, también influye el cambio en la dirección de FGC, ahora encabezada por Carles Ruiz, exalcalde de Viladecans.
Además, la prolongación de la línea L8 de FGC desde plaza Espanya hasta Gràcia ha sido determinante en el cambio de criterio técnico de la Generalitat. Esta ampliación, que atraviesa el Eixample, podría duplicar el número de viajeros y reforzar una línea históricamente secundaria respecto a la del Vallès.
El nuevo estudio deberá concretar un trazado que, por ahora, solo está definido de forma general. El objetivo será ajustar el recorrido a los barrios con mayor demanda, permitiendo desviaciones razonables sin reproducir la complejidad de líneas como la L9. La conexión con la red existente no supondría grandes dificultades, ya que la estación de Molí Nou fue preparada a finales de los años noventa para una futura bifurcación, en previsión de un proyecto que ahora podría estar más cerca de convertirse en realidad.


















